Erase una vez en el colegio

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martes, 7 de agosto de 2012

HAY TENDENCIA A INFLAR EL GASTO

ANÁLISIS Todos en nuestros país declaramos estar muy preocupados por el deplorable estado de la educación pública. Conocemos por experiencia directa o por revisión de las cifras que la calidad de la oferta estatal y la de su regulación bordea la calificación de estafa. El costo de arrastrar este estado de cosas resulta enorme. No solo se refleja en los índices de empleo o competitividad, también en nuestra perfomance ciudadana, nuestra corrupción institucional y la calidad de nuestra política u de servicio público. La administración pasada trató de avanzar un paso con la llamada Ley de la Carrera Pública Magisterial, pero solo un paso. Cerrando el primer año de su gestión, el actual gobierno patea la mesa y plantea un nuevo esquema para enfrentar el problema; más burocratizado y oscuro que al más puro estilo de la administración de Alejandro Toledo solo ofrece más presupuestos. El viceministro habla de más de S/. 160 millones anuales para implementar esta nueva ley. Pero la caja fiscal no tiene solo esa demanda. A ojos de buen cubero, tiene demandas por el orden de más de S/. 12 mil millones y que en su inmensa mayoría no se pueden atender. La recaudación comenzó a dejar de crecer. El producto bruto interno (PBI) este año posiblemente termine creciendo entre 4% y 5% y la recaudación en un monto similar, pese a haber crecido antes mucho más. Lo que hay es una tendencia muy rápida a inflar el gasto. Es probable que las exportaciones crezcan menos y que el gobierno quiera priorizar el gasto en infraestructura para contrarrestar esta caída, que es lo que ha ofrecido el Ministro de Economía de Finanzas (MEF), así que demandas económicas como el aumento a los maestros quedarán relegadas a un segundo nivel. Cuando las cosas se pongan feas, ni van a mirar a los maestros. Así que esto termina siendo un egañamuchachos. Inflar presupuestos sin tener la capacidad de depurar a los docentes incapaces o con antecedentes descalificatorios implica un camino facilista que profundiza las desigualdades de oportunidades y que les da la espalda a nuestros educandos. Sin despidos y sin depuraciones, sin incentivos claros para atraer a los maestros a la educación pública -subsidiando la demanda y no la oferta- es un nuevo esquema que solo dibujará otro enésimo reacomodo entre burócratas y un sindicato izquierdista. Una lástima. OPINIÓN: "Los maestros del Sutep (...) consideran que su derecho a cobrar no viene de lo que aportan en sus clases, sino que es originario, intrínsico, derivado de su mero ser (profesores). Son, en fin, de lo más monárquicos en sus espectativas para sí mismos". Fuente: Editorial El Comercio. El mérito de las piedras 19/06/2012.

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