Erase una vez en el colegio

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domingo, 7 de octubre de 2012

LA PRESIÓN DE LOS PADRES DE FAMILIA

La marcha que realizaron el jueves último centenares de integrantes de Asociaciones de padres de familia (Aspafa), quienes reclamaban al Estado que se reinicien las clases en los colegios públicos, puede ser considerada como uno de los múltiples factores que ocasionó que el Sindicato Único de Trabajadores de Educación del Perú (Sutep) suspendiera la huelga indefinida, que llevaba más de un mes. La opinión de los padres de familia siempre debe ser tomada en cuenta, porque ellos son los usuarios del sistema educativo y representan una pieza fundamental en él. Así, las autoridades de un colegio (directores, maestros, etc.) deben generar confianza a los padres, para que estos también les entreguen la enseñanza de sus hijos. Si los padres observan que la educación de los menores de edad está siendo afectada por problemas como, por ejemplo, las protestas que realizaron los docentes en todo el país, ellos también tienen derecho de salir a manifestarse a las calles.
Con la suspensión de la huelga, los docentes del Sutep han respondido el viernes último a esta exigencia ciudadana, que pedía, mediante un comunicado titulado "Ni un día más", la reanudación de las clases, el descuento del salario a los docentes que siguieran acatando la huelga y la contratación de nuevos maestros. Ante esta advertencia, si los huelguistas continuaban con su medida de fuerza, ellos se arriesgaban a tener el de conciencia de que, por su culpa, los estudiantes de todo el país podrían perder el año escolar y no habría ya ni un plan de recuperación de clases que los salvase.
La imagen de los padres protestando, con el fin de que sus hijos reciban una educación digna, generó, de cierta forma -sumada a las negociaciones que sostuvieron con las autoridades de Educación-, una posible presión para que los docentes terminen las protestas, al menos por el momento. Sin embargo, a pesar de que el Sutep decidió levantar la huelga, el daño que esta ha causado a los escolares del país es irreparable. Por más recuperación de clases que exista, nada podrá suplir los conocimientos que no fueron dados en las aulas en su debido momento.
Ojalá que estos sucesos sirvan de reflexión al Gobierno para que este promueva políticas basados en el diálogo, a fin de no perjudicar nuevamente a los estudiantes. Asimismo, las autoridades del sector educativo deben contar con un plan de contingencia ante problemas de este tipo.

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