sábado, 26 de enero de 2013
Cómo la basura convirtió a los lobos en perros
Un estudio genético afirma que el lobo se convirtió en el mejor amigo del hombre gracias a un cambio en su alimentación.
(Reuters)
(BBC Mundo). Cualquiera que tenga un perro está acostumbrado a que su mascota hurgue en el basurero de la cocina en busca de comida cada vez que puede.
Este molesto comportamiento podría tener un trasfondo mucho más profundo de lo que parece, afirman los científicos.
Un estudio realizado por un equipo de investigadores estadounidenses y suecos publicado ayer en la revista Nature, demuestra que los perros tienen más genes involucrados en el metabolismo de almidones que los lobos.
El hallazgo lleva a pensar que el cambio de alimentación fue un factor fundamental en la evolución del animal salvaje.
Nadie sabe exactamente cuándo o cómo nuestros antepasados se empezaron a vincular de manera tan cercana a los perros, pero la evidencia arqueológica indica que fue hace miles de años.
Una teoría sugiere que el comportamiento moderno de los perros surgió a partir de que los cazadores usaran a los lobos como guardas o compañeros de caza.
Pero otra teoría —la que sustenta el estudio— plantea que la domesticación se inició cuando los lobos empezaron a acercarse a los poblados en busca de comida, robándose los restos que dejaban las personas.
Esta costumbre se volvió cada vez más frecuente y como consecuencia, empezaron a vivir en torno a los seres humanos.
“Según esta segunda hipótesis, cuando nos volvimos sedentarios, y dependientes de la agricultura, creamos depósitos de desechos alrededor de nuestros asentamientos, que pronto se convirtieron en la fuente de alimentación de muchos lobos”, explicó Erik Axelsson, de la Universidad de Uppsala.
“Estos lobos son los ancestros de los perros modernos”, explicó Erik Axelsson la Universidad de Uppsala.
“Por eso, creemos que nuestros hallazgos concuerdan con la teoría de que el perro se desarrolló a partir de los basureros”, le dijo a la BBC.
EL EXPERIMENTO:
El doctor Axelsson y sus colegas examinaron el ADN de más de 50 perros de razas modernas – desde el Cocker Spaniel hasta el pastor alemán.
A continuación compararon su información genética con las de 12 lobos de distintos lugares del mundo.
El grupo sueco-estadounidense escaneó las secuencias de ADN de los dos tipos de cánido en las zonas en que presentan grandes diferencias. Asumieron que esas zonas podían contener genes que ayudaran a explicar la domesticación de los perros.
El equipo de Axelsson identificó 36 zonas de este tipo, con más de un centenar de genes.
El análisis detectó la presencia de dos grandes categorías funcionales – genes implicados en el desarrollo del cerebro y el metabolismo del almidón.
Los últimos sugieren que los perros tienen muchos más genes que codifican las enzimas necesarias para descomponer el almidón, una particularidad que podría haber sido ventajosa para los ancestros que hurgaban entre el trigo y el maíz de los granjeros.
“Los lobos también tienen estos genes, pero no los utilizan con la misma eficiencia que los perros”, explicó el doctor Axelsson.
“Cuando analizamos el genoma del lobo sólo detectamos una copia del gen (de la enzima amilasa) en cada cromosoma. En cambio, al analizar el genoma del perro, vemos un rango de entre dos a 15 copias, y en promedio, un perro contiene siete copias más que un lobo.
“Eso significa que el perro es mucho más eficiente al nutrirse de almidón que el lobo”.
En cuanto a los genes relacionados al desarrollo del cerebro, probablemente reflejan algunas de las diferencias de comportamiento que ahora vemos en los dos cánidos.
El perro es un animal mucho más dócil, lo que probablemente se debe a que los humanos del pasado preferían trabajar con animales que encontraban más fáciles de amansar.
“Experimentos previos habían descubierto que al disminuir nuestra agresividad con los animales, no solo se obtienen animales más mansos, si no que además el animal conserva su comportamiento juvenil por mucho más tiempo, a veces hasta la edad adulta”, dijo el doctor Axelsson.
Esto podría ayudar a explicar por qué se dice que los perros se comportan como cachorros durante toda su vida.
UN ROMPECABEZAS:
El estudio del origen de los perros sigue siendo, en muchos aspectos, un rompecabezas.
La evidencia de fósiles sugiere que algunas poblaciones existen desde hace decenas de miles de años, mucho antes de la aparición de la agricultura.
Una de las razones por las que es tan difícil determinar el momento en que cambió su comportamiento es que su domesticación ocurrió más de una vez.
El doctor Carles Vila, del Grupo de Conservación y Genética Evolutiva en la Estación Biológica de Doñana en Sevilla, España, dijo que el debate seguía abierto. “Creo que los perros modernos vienen de múltiples poblaciones de lobos”, observó.
“Puede ser que la domesticación haya surgido a partir de animales que convivían frecuentemente con seres humanos y que posteriormente se cruzaron con los lobos, o puede que haya sido un proceso totalmente independiente”.
“Lo que está claro es que hay muy pocos restos de huesos de perro que daten de hace más de 14.000 años”, concluyó.
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