¿HAY SOLUCIÓN?

HUELGA MAGISTERIAL: El 05 de setiembre el Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (Sutep), facción Patria Roja, inició un paro indefinido. Significativo en Cajamarca, Tumbes y Huancavelica; medianamente sentido en la mitad del país y casi desapercibido en donde el Comité Nacional de Reorientación y Reconstitución (Conare) había hecho huelga. Casi la totalidad de profesores de la carrera pública magisterial asisten a sus centros educativos.

El paro va por su tercera semana. Para buscar notoriedad, los huelguistas toman carreteras, enfrentan a la policía, intimidan a profesores, padres de familia y alumnos que quieren asistir a sus escuelas. El Gobierno muestra reflejos tardíos y no adopta medidas que protejan a profesores que van a trabajar. Solo declara ilegal el conflicto laboral y advierte que habrá descuento de haberes para quienes no trabajan.

Los huelguistas no creen en el anuncio de la ministra Patricia Salas que se descontará por los días no trabajados. Ellos saben que quienes hicieron huelga apoyando al Conare cobraron regularmente y creen que sucederá lo mismo. Basta con prometer que se recuperarán las horas de clase perdidas. El mejor incentivo para la huelga es no descontar los días no trabajados. Por ello, la dirigencia del Conare dice que ha suspendido temporalmente el paro y que se preparan para reanudarlo. En medio del conflicto, la actuación de algunas autoridades de los gobiernos regionales es lamentable. Amparados en su autonomía, lo alientan y ofrecen no descontar. También hay directores de centros educativos que cierran las puertas de sus locales y abiertamente piden a sus alumnos, padres de familia y profesores no asistir. Incluso facilitan la firma de partes de asistencia de profesores que no dictan clases.

Frente al cuestionable comportamiento de autoridades y funcionarios del ámbito regional y directores de centros de enseñanza tampoco hay medidas ejemplares que los hagan sujetos de sanción y que impongan el respeto a las leyes y el principio de autoridad. Más bien, la estrategia del Gobierno es dejar que el paro termine por agotamiento, como sucedió con el realizado por el Conare. La ministra Salas piensa que el aumento ofrecido a los profesores calmará las protestas y que todo volverá a la normalidad. Se anunció que tendría vigencia a partir de octubre, al aprobarse la reforma magisterial. No obstante, el presidente de la Comisión de Educación del Congreso ha dicho que la revisión de esa norma requirirá no menos de dos meses, a lo que debe añadirse el trámite para su debate en el pleno. El conflicto laboral podría complicarse. Cabe preguntarse si lo que fue una estrategia adecuada hace unas semanas de aprobar simultáneamente los aumentos y la ley es válido para el contexto actual o si sería conveniente adelantar las mejoras salariales.

Otro aspecto determinante para el sector vuelva a su normalidad son los aumentos que en valores reales recibirían los profesores. Al racionalizar los conceptos de la planilla de pagos, se supone que todos los adquiridos se incorporan al nuevo sueldo. Es decir, los profesores esperan que incluya el reclamo de alrededor de 300 soles por preparación de clases y evaluación, y, en el caso de los que poseen maestría o doctorado, no se vean perjudicados, pues ya reciben entre 120 y 180 soles. Además están los mayores descuentos por compensación por tiempo de servicios o fondo de pensiones y comenzar a pagar mensualmente el Impuesto a la Renta: desde 15 soles en el III nivel magisterial, con 30 horas de jornada laboral, hasta 380 soles en el VI nivel, con 40 horas. Es recomendable que el Ministerio de Educación divulgue ejemplos reales de cómo son y serían las boletas de pago. Los más perjudicados son los estudiantes que pierden horas de clase y alcanzan menor rendimiento académico. La última evaluación censal mostró que en la mayoría de regiones hubo un estancamiento o retroceso en el logro de aprendizajes. Es casi seguro que con los paros magisteriales persistirá esa tendencia.