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sábado, 31 de marzo de 2012

EL ESTADO DEBE DAR UNA SOLUCIÒN EFICAZ

ANÀLISIS En Madre de Dios, donde se extrae oro de manera ilegal, no solo hay empresas comercializadoras formales que compran esa producciòn. En la zona de Huepetuhe, por ejemplo, tambièn se pueden encontrar diversas entidades bancarias y grandes empresas que venden maquinaria pesada para la extracciòn de oro, entre otras que finalmente terminan beneficiàndose de un negocio ilegal que està dañando la Amazonìa. Ante la minerìa ilegal del oro, que no solo està en Madre de Dios, sino tambièn en La Libertad, Ayacucho, Piura y hasta en Lima, el Estado debe encontrar una soluciòn imaginativa y eficaz para hacerle frente. La represiòn -intervenciòn policial de las dragas y de las zonas mineras y la destrucciòn de los equipos que se utilizan- son medidas màs bien efectistas y no son sostenibles en el tiempo. La policìa no va a poder estar allì los 365 dìas del año y controlar todas las zonas del paìs donde se extrae oro. Ademàs, ese negocio va a continuar, porque es muy rentable, pues el precio del oro -cercano a los US $1.700 la onza- va a propiciar su extracciòn y comercializaciòn. Ante esa situaciòn, el Estado podrìa utilizar algùn mecanismo de mercado para hacer viable la formalizaciòn de aquellos mineros que extraen el oro y evitar el impacto en el medio ambiente, la evasiòn tributaria y la degradaciòn social que ello implica. Ya lo hizo Estados Unidos, que tuvo que intervenir en el sistema de comercializaciòn para hacer frente a la extracciòn informal de oro en California. En el Perù, el Estado podrìa crear un estanco o un monopolio de la compra de ese oro y, a travès del Banco Central de Reserva del Perù (BCR), adquirirlo con una prima o un monto adicional para hacer frente a todas las distorsiones que se estàn generano en gran parte del paìs. Tambièn como un mecanismo para propiciar la formalizaciòn de los mineros ilegales. Asimismo, debe controlar la comercializaciòn del mercurio y cianuro, pues por cada kilo de oro extraìdo se contaminan los rìos y los suelos con 2,5 kilos de esos minerales usados en el proceso de producciòn. Lo que no puede hacer el Estado es dejar de intervenir, pues hay que acabar con una red colonial de esclavitud, en el que hay miles de personas detràs de un negocio que està contaminando seriamente. Incluso, hay comunidades nativas que ya estàn participando en el negocio y que estàn parcelando sus territorios para incursionar en esa actividad extractiva. Fuente: El Comercio. Jorge Manco Zaconetti. Economista e investigador UNMSM.

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